Habías estado callado todo el tiempo, me cogías de la mano y dejabas que apoyara mi cabeza en tu hombro. Había demasiada confusión alrededor y sentía que de repente todo se había vuelto oscuro. No era nada trágico ni triste. Simplemente un momento de oscuridad, de pérdida, distancia e incertidumbre.
Empezó a sonar una nueva canción. Me susurraste al oído Nessun Dorma. Te miré y supe que había vuelto la luz, que siempre volvería si seguías a mi lado. Sonreíste.
Vincerò! Vinceremo
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