martes, 7 de abril de 2009

Casualidad y rutina

Mentiría si dijera que te encontré por casualidad. Quizá sea verdad eso de que las mejores historias de amor empiezan sin que te des cuenta. Quizá, por ello, esto no sea una historia, sino sólo de amor.

O quizá, la casualidad sea precisamente habernos encontrado. Que hayas sabido entrar en mi mundo sin desentonar. Sin hacer ruido.¿Siempre has estado allí? Quizá hayas sido parte de la rutina.

El café con leche de las mañanas, la lluvia, las gafas, el periódico, el autobús, el paraguas, el viento.

Los libros, los sueños, los sueños que son libros y los libros que son sueños. La imaginación. Las ganas de llorar. Las ganas de reír.

De correr y de gritar. El tedio, el cansancio, la desesperación, la angustia, el despropósito.

Eres la prueba de que la magia existe. Entonces, ¿por qué resignarse?

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